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Título: El viaje de Bettie (Elle s’en va)
Director: Emmanuelle Bercot
Guión: Emmanuelle Bercot, Jérôme Tonnerre
Reparto: Catherine Deneuve, Nemo Schiffman, Gérard Garouste, Camille, Claude Gensac,Paul Hamy, Mylène Demongeot, Hafsia Herzi
Duración: 116 minutos
Año: 2013
País: Francia
Género: Drama
Productora: Fidélité Productions / Rhône-Alpes Cinéma
Distribuidora: Golem distribuición
Bettie es una mujer de sesenta años, que vive con su madre y regenta un restaurante, es abandonada por su amante. En un momento casual y sin motivo aparente, más allá de la tristeza que la inunda, coge su coche y comienza a conducir, si un rumbo fijo. Comienza así un viaje por carreteras y pueblos de la Bretaña francesa que hará descubrir a Bettie que nunca es tarde para reencaminar su vida.
El género de las Road Movies nos remite a esas películas norteamericanas, de coches desvencijados atravesando los desiertos de Estados Unidos. Siempre tratan de un viaje que sirve para transformar la vida de los protagonistas y por lo general, trasmiten un mensaje optimista sobre la vida y la aventura. Cambiar los clichés y encontrar viajes y personajes insólitos es la tendencia que sigue “El viaje de Bettie”. La película está ubicada en la rural Bretaña francesa protagonizada una sextogenaria y eternamente encantadora Catherine Deneuve, la auténtica estrella del film. Salvando las distancias –y que me disculpe el señor Lynch– la gran “Una historia verdadera” (David Lynch, 1999) podría ser la referencia por género y protagonistas de esta película.
“El viaje de Bettie” es totalmente clásica en planteamiento y forma, puede presumir de una bonita fotografía que resalta el color y la luz de los primeros días de verano francés, con colores claros y cálidos. Seguimos en todo momento a Bettie y sus peripecias en ese conocido género de comedia dramática o melodrama. Cierto es que se agradece un tono realista y comedido en ambos sentidos, especialmente efectivo en 
la vertiente cómica, que consigue arrancarnos la sonrisa y las carcajadas casi sin pretenderlo. No obstante, es en la parte de drama donde la película encuentra su principal contrapartida. No consigue trasmitirnos la intensidad del drama que viven los personajes y que en el caso de Bettie, sirve de detonante para la acción.
A cambio, percibimos una cierta impasividad o desidia que puede o no identificarse con la tristeza. Igualmente, los conflictos entre personajes (sobre todo Bettie y su hija) no acaban de convencernos y mucho menos, tocarnos la vena sensible. Esto solo lo conseguirá la señorita Deneuve con todo su carisma en juego. El otro problema de la película es su excesivo metraje (dos horacas) que no corresponde a una película sencilla como esta. Se suceden multitud de peripecias que no aportan nueva información a la historia, que realmente tiene un detonante cuando abuela y nieto se encuentran, casi una hora después de empezar.
Pero bueno, no quiera dar una visión tan negativa de una película que a la postre me ha resultado simpática y entretenida. Toca volver a alabar a Deneuve y su capacidad para llenar la pantalla de simpatía, emoción y versatilidad, un mismo personaje pasa de pobre ancianita desvalid
a a mujer fuerte y resoluta. Todo eso pasando por hija, madre, abuela, mujer, amante y hasta Miss Bretaña. Aunque a esta mujer aun le queda mucho cine en el cuerpo, es un gran paso para entrar cinematográficamente hablando en la 3º edad.
El resto de personajes cumplen sin más al no contar con excesivas subtramas más allá de la relación de la protagonista con unos y otros. Cuenta con la participación de muchos actores no profesionales, paisanos de la propia Bretaña del film, en la que destaca una gran escena de cierto ancianillo liando un cigarro.
Resumiendo. Una película simple, amable y simpática, sin ofrecer nada especial, que poca gente llegará a ver pero que puede resultar un buen entretenimiento, incluso familiar. Grande Catherine Deneuve y muchas ganas de viajar a esa región de Bretaña.
Redacción: Daniel Álvarez González
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