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Título: El médico alemán (Wakolda)
Director: Lucía Puenzo
Guión: Lucía Puenzo (basada en la novela «Wakolda» de Lucía Puenzo)
Reparto: Natalia Oreiro, Àlex Brendemühl, Diego Peretti, Elena Roger, Guillermo Pfening, Ana Pauls, Florencia Bado, Alan Daicz, Abril Braunstein, Juani Martínez
Duración: 93 minutos
Año: 2013
País: Argentina
Música: Daniel Tarrab, Andrés Goldstein, Laura Zisman
Género: Drama/nazismo
Productora: Coproducción Argentina-Francia-España-Noruega; Historias Cinematograficas Cinemania / Dreamer Joint Venture Filmproduction / Hummelfilm / Pyramide Productions / Wanda Films
Distribuidora: Wandavisión.
«Wakolda» cuenta la historia de la huida del médico nazi Josef Mengele (Alex Brendemühl) a Bariloche en 1960. En la carretera se encuentra con una familia argentina y se queda fascinada con la hija del matrimonio, Lilith (Florencia Bado) la cual presenta un cuerpo demasiado pequeño para su edad. La familia le acoge como primer huésped de la hostería que regentan, sin saber que ocultan a uno de los mayores asesinos de la historia.
«El médico alemán» nos cuenta una historia ficticia, pero con una base real. Nos relata de una forma inquietante las atrocidades cometidas por los alemanes nazis, en concreto por «el carnicero», y su complejidad mental, la cual podemos ver en el cuaderno que acompaña siempre a Mengele en el film.
Ya desde el principio, te sientes fascinado por la vinculación que siente el médico al ver a la pequeña Lilith. Una mezcla entre un interés científico y afectivo oscuro que te deja con mal cuerpo.
Sin embargo, Alex Brendemül («Insensibles», 2012) dota de cierta humanidad al personaje. Transmite confianza con su mirada, y por eso no te extrañas cuando Eva (Natalia Oreiro) decide confiar en él para el tratamiento de sus hijos. Una actuación impecable, sin duda. Consigue mantenernos entre la ternura que nos inspira su mirada y el miedo al ver las atrocidades que comete.
La ya mencionada Natalia Oreiro («Solamente vos», 2013), nos muestra una faceta parecida. No sabemos que pensar de ella cuando nos descubren que ella misma acudió a un colegio nazi. Sin embargo, no podemos pensar mal de ella cuando sonríe. En el fondo toma las decisiones que toma pensando que es lo mejor.
Florencia Bado me sorprendió gratamente, aún más sabiendo que este era su primer proyecto. Realiza su trabajo muy correctamente, transmite toda la ingenuidad de la preadolescencia en su sonrisa. Hasta es capaz de hacernos sospechar su atracción por el médico en solo un gesto de su cara. Muy expresiva, y sin duda una gran promesa.
Dejando de lado el elenco, Lucía Puenzo nos vuelve a regalar otra de sus historias. Este es su terreno, y se nota. Ya pudimos ver su trabajo en ‘XXY’ o ‘El niño pez’, ambas tocando el tema del despertar sexual y la adolescencia. Muy apropiada la introducción de las muñecas por su parte. Estropeadas al principio y siendo arregladas por Mengele como metáfora de los experimentos del mismo con Lilith. Realiza una dirección correcta, sabe separar cada escena según lo que se trata en esta. Así nos encontramos con escenas tiernas, como la del beso de la pequeña Lilith y otras más macabras, en las que vemos a Mengele dibujando en su cuaderno.
La fotografía, las localizaciones (esas montañas nevadas y las fuertes lluvias) y una banda sonora apropiada, nos acompañan a través de los hechos de este médico, de una forma panorámica. Altamente recomendable.
Redacción: Jennifer Mosquera
