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Ficha técnica | Título original: Wonder Wheel. Dirección: Woody Allen. Guión: Woody Allen. Dir. Fotografía: Vittorio Storaro. Reparto: Kate Winslet, James Belushi, Justin Timberlake, Juno Temple. Género: Drama. Duración: 101 mins. Año: 2017. País: Estados Unidos. Producción: Amazon Studios, Gravier Productions. Distribución en España: A Contracorriente Films. | Link al tráiler
Década de los 50 en Nueva York. Las vidas de cuatro personas se ven afectadas en medio del ajetreo y el bullicio del parque de atracciones de Coney Island. Ginny es una ex actriz emocionalmente volátil que ahora trabaja como camarera y casada con Humpty, el rudo operador del carrusel Wonder Wheel. Mickey es un apuesto salvavidas que sueña con convertirse en dramaturgo y Carolina es la hija de Humpty que tiene problemas con ciertos gangsters por su historial amoroso.
No he visto nunca una película de Woody Allen. Hasta el título que nos atañe. En 2017 he ampliado muchísimo mi abarcado cinéfilo, y por lo que sea me dió por experimentar novedad también con este director. Y hasta ahora no había visto trabajos suyos porque nada me había llevado a ello, y porque no me cae precisamente bien por cuestiones que algunos ya debéis imaginar. Aun así fui sin ideas preconcebidas, pues vete tu a saber, y quizá el cine de Allen me sorprendía o incluso fascinaba.
Un inicio realmente prometedor captó mi interés. Un reparto de nombre y capacidades, en un ambiente e historia curiosos, con elementos y técnicas características y bien traídas. Pero pasaban los minutos, más minutos, y al final se terminó. Y mi interés fue en caída libre con ello. Una cosa está clara, el estilo personal de Woody Allen no es para mí, o no lo es al menos el que ha usado en esta cinta. Con el avance del metraje el film me resultaba más excesivo, e iba dejando de lado aquello que me había llamado la atención. Una buena ejecución que se pasa al girar la curva aunque se supone que trate de plasmar cierto tributo a sus influencias clásicas.
Al menos ahora ya sé más o menos como trabaja este señor y tengo excusa para ponerme con sus tan aclamadas obras.
Guión del propio Allen, la historia vive de los personajes. Y aunque no quiero hacer spoilers, creo que va de más a menos, con un final que “bueh”. Eso sí, si os gusta lo que suele hacer el director de Nueva York, probablemente disfrutaréis nuevamente en esta ocasión. El se lo guisa todo, “all in” a su método.
El reparto tiene buenos nombres, y eso seguro que llamará a más de uno. Kate Winslet como joya de la corona en este argumento, trabaja impecablemente como siempre a pesar de lo que le pide el guión (a mi modo de ver innecesario). Seguida de unos muy cumplidores James Belushi, Justin Timberlake y Juno Temple. Dan exactamente lo que Allen les pide y están bien, funciona gracias a ellos cuatro.
Pero de algo sí que hay que hablar obligatoriamente en esta reseña. Algo que indudablemente es espectacular en esta película y ponerlo en duda resulta hasta absurdo. La fotografía de Vittorio Storaro. Es impecable y el contraste de los colores en constante cambio dan el toque de genialidad a la peli. De verdad que se nota la veteranía de este hombre en cada plano y cómo aprovecha a su favor las localidades y elementos de la historia. No me extrañaría nada que cayera nominación para un posible cuarto Óscar para el italiano. Ganar la figurita ya no sé, porque me he perdido muchos films que pueden dar guerra sobradamente.
En definitiva creo que es una historia que no tiene mucha sustancia, pero que puede resultar atrayente por los papeles de sus involucrados. Un final exagerado que no me dice gran cosa, unas interpretaciones buenas como sus nombres propios pueden llevar a pensar, un estilo totalmente presente de su director y guionista que gustará a los que vayan a buscarlo. Pero es una película muy bonita en imagen, y creo que por su fotografía ya habrá valido relativamente la pena verla si os atrevéis. Aunque personalmente no me importará si no apoyáis más proyectos de este hombre que falta tampoco le hace. Ni creo que se lo merezca.
Imágenes proporcionadas por la distribuidora.
Crítica: Dani Pereira
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