
Sus aficiones tampoco van a la zaga en cuanto a rarezas. Tienen una cultura sobre el sexo muy peculiar -por llamarlo de alguna manera- porque incluso tienen máquinas expendedoras de ropa interior femenina…usada. Voy hacer un ejercicio de autocontrol y no voy a opinar sobre el uso que le pueden dar a esto los fetichistas, pero que tiene un punto preocupante de como dedican su tiempo libre.
Y a eso vamos, a que dedican el tiempo libre como diría José Luis Perales. Bueno, sabemos que es una cultura milenaria que une tradición con progreso, que los niños japoneses y a diferencia de los españoles que nacen con una barra de pan bajo el brazo, lo hacen con una cámara de fotos o video, que toman mucho té tras un curioso ritual y que les encantan los gatos. Como muestra de esta devoción existen unos locales en Japón –y recientemente, Europa- llamados Neko cafés en donde la gente se toma algo rodeado de gatos que puedes tocar y manosear. Si alguno lo está pensando ya le digo que no, que Hello Kitty no la va a encontrar aquí.
Pero parece ser que los japoneses han descubierto que además de gatos, hay otro tipo de mascotas y han decidido ir paso más allá: bares con animales. Empiezan a proliferar locales en donde puedes tomar la merienda acompañado de tu perro, de tu cabra, de tu conejo o lagarto, que sobre mascotas no hay nada escrito. Aunque esto puede parecer de lo más novedoso no lo es, ya que en España hace tiempo que algunas personas acuden a los bares –incluso salas de fiesta- con animales. La diferencia es que no van acompañados de ellos, sino que salen de su interior después de algunas copas de más.
En un principio comer con tu mascota no debería ser extraño para la mayoría. Yo mismo hace tiempo que como del mismo plato que mi gato. No se piensen que me gusta el pienso seco de Affinity o Cat Chow pero en confidencia y ahora que no nos lee nadie…una vez cogí de un platito que había encima de la mesa de la cocina unas croquetitas pensando que eran algún tipo de snack o aperitivo nuevo. Enseguida me di cuenta de que el sabor era un poco raro y que por la cara de disgusto que ponía mi gato Wifi al verme, eso no estaba preparado para mi. Él también come de mi plato, pero cuando está encima de la mesa y estoy mirando para otro lado. En más de una ocasión he salido detrás suyo porque me ha mangado del plato una salchicha, un trozo de lomo o una albóndiga.
Pero como yo soy de izquierdas y progresista, no me he esperado a que abran un local de ese tipo y he intentado irme de tapas con mi gato por ahí a ver si cuela. No hubo fortuna y me tuve que esperar atado a una farola en la puerta mientras el cenaba dentro. Así que ahora le doy la semanada para que se lo administre, y en vez de eso se pega unas fiestas que ya quisiera para mí. Pero no por eso deja de preocuparme y me disgustan los nuevos amigotes que ha hecho. Yo le digo que el hurón le esta enseñando muy malos hábitos y que la zorrita es un poco ligera, pero él va a lo suyo y ni caso. Mira, que se pase el día en el bar jugando al dominó o la las cartas pase, pero que venga de madrugada como viene, después de haberse pasado en el descampado de al lado fornicando como un descosido con a saber que gata guarrona como que no oigan, que no.
Pero ¿Qué remedio me queda? Al final madurará y se dará cuenta de que eso no es vida y que es mejor pasarse la mitad del día dormitando en el sofá, y la otra mitad lamiéndose los testículos.
¡Que envidia de vida!
Sobre todo, por esa flexibilidad…
Autor: Miguel Soria
jajajajajaja flexibilidad gatuna… XD
Pues oye, eso de que los japos tienen una forma muy peculiar de divertirse es una verdad como un templo shintoísta. He visto videos en el Youtube que son… bueno, flipantes. Con algunos te partes de risa, con otros… te quedas con cara de alucine y con los ojos como platos delante de la pantalla. Y su forma de ver el sexo también es peculiar… (en serio que han inventado una máquina expendedora de ropa interior???!!!). Estos japos están muy salidos! jajaja
Genial el artículo, me he reído mucho XD Y te daré un consejo: cuidadito con las drogas gatunas! Yo que tú no le daba tanta libertad 😉
Besos!
Si si…quien pudiera retorcerse cual gato y…estooo, decía que los japoneses tienen una relación con el sexo que a los ojos occidentales es muy fetichista, por eso existen esas máquinas. Cuando escribí el artículo sobre la máquina expendedora de pijamas en un hotel malagueño, llegué por azar a una página que comentaba la existencia de tales máquinas. Supongo que para la mayoría de nosotros eso es una guarrada, pero debe de gustar cuando proliferan por allí. Sólo hace falta echar un vistazo por Google para comprobar este dato:
https://www.google.es/#hl=es&safe=off&sclient=psy-ab&q=maquinas%20expendedoras%20de%20ropa%20interior%20usada&oq=&gs_l=&pbx=1&bav=on.2,or.r_gc.r_pw.r_cp.r_qf.&fp=28247bd6e20803bb&bpcl=38625945&biw=1905&bih=922&pf=p&pdl=300
Y dos apuntes: comí galletitas gatunas por error es una verdad verdadera(tenían su aquel..tendré que volver a probrarlas :P) y que mi gato intenta hacer escapadas pero no lo veo con buenos ojos, es la otra verdad.
Me alegra saber que te ha gustado Iona
Un beso guapa
Acabo de ver la página de la máquina expendedora… qué fuerteeee!!! Y eso que se declaró ilegal en 1993! También he visto otras máquinas que sí que podrían ser más útiles (de paraguas) y otras que aún alucino (de langostas vivas!). Adoro Japón y su cultura pero hay que reconocer que estos nipones están muuuuuy locos! (y muy salidos) XD
Besitos guapetón!
¡¡Como siempre Miguel, chapeau!!. Es un placer leerte por que contigo se tiene la risa asegurada.
Besos y abrazos
Gracias a ti Luisa 😉
Besos!!
Hola a todos.
Es una envidia el sentido del humor de Miguel y por lo que veo es común entre vosotros.
En cuanto al gato, que es para lo que escribo, permíteme darte algún consejo y lo hago por mi dilatada experiencia con la convivencia de este tipo de felinos. Como sabes tambien tengo gato, ahora, además de otros con anterioridad y eso de dejales salir es irremediable, coneceis el refrán…. la cabra tira al monte; pues el gato le tira a la calle. Ten mucho cuidado con la asignación económica que le entregues ya que si de dás demasiado corres el riesgo que te vuelva a casa «a cuatro patas» (ya me entiendes). En cuanto al mio tuve que llevarlo a un centro de rehabilitación para desintoxicarlo pero aún no e conseguido que deje de fumar. Todos hábitos cogidos en la calle porque en casa esos ejemplos no los a visto…. ejem.
Si Blas, es que somos my graciosos, o al menos lo parecemos 😛
Si es que la naturaleza de los gatos no se puede cambiar. Es su instinto.
Pues si, la asignación que le doy es un poco justita, porque sino se lo gasta todo. Antes le dejaba un móvil para preguntarle a que hora iba a volver, pero no tiene bolsillos y con esas uñas lo rayaba todo. Ahora que digo uñas…lo llevé al veterinario para que se las cortara, que las tenía muy largas y tan negras, que el veterinario pensaba que eran mejillones.
Pero haga lo que haga no puedo con el, es así, tan independiente…
Un abrazo hermano.