¡Que rule, que rule!

Después de una vida dedicada al mundo laboral, cuando llega el momento de la jubilación sobra mucho tiempo libre. Incluso en estos tiempos de crisis e incertidumbre sigue siendo así […]
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Después de una vida dedicada al mundo laboral, cuando llega el momento de la jubilación sobra mucho tiempo libre. Incluso en estos tiempos de crisis e incertidumbre sigue siendo así pero con matices: antes nos pasábamos la vida en el trabajo, ahora buscándolo.

Por eso es importante mantenerse activo una vez llega esa etapa practicando hobbies tan interesantes como la petanca, la  pintura o las partidas de mus. Si se tiene algo de marcha bailar pasodobles en el club social (los que todavía no hayan cerrado, que los de Catalunya Caixa están acumulando polvo) y si se tiene mucha, pero mucha marcha y pocas operaciones de cadera… salsa o reggaetón.

Pero de entre todas las actividades posibles, hay una que destaca por ser una de las más relajadas y la que más se integra con el medio ambiente y la naturaleza: la jardinería.

La jardinería es un arte, se debe escoger la planta adecuada y ofrecerle mucho cariño y amor para que crezca fuerte. O al menos eso es lo que tuvieron que pensar unos ancianos de la localidad británica de Bredford cuando compraron un arbusto chiquitín en un mercadillo y que mimaron hasta que se convirtió en semejante matorral que daría cobijo hasta una familia de monos, tal y como se puede comprobar en la foto. Semejante planta no puede pasar desapercibida y mucho menos a la policía teniendo en cuenta que es una planta de marihuana.

La policía de Bradford así se lo comunicó a los ancianos y se la requisó. Según he podido saber a través de medios oficiales y en defensa de la salud pública, los agentes piensan quemarla personalmente. Pero no de golpe, lo harán poco a poco… algo así como medio gramo cada vez y envuelto en canutos de papel. Lógico, porque si lo queman de golpe y con la humareda que debe generar, de seguro dejan colocados a todo el pueblo.

Aunque hace rato que le estoy dando vueltas a la cabeza porque hay algunas cosas que no sé…como que no he entendido. Le dijeron a la policía que ellos no tenían ni idea que tipo de planta era. Bueno vale, les perdonan y tal pero eso no se hace así de grande de la noche a la mañana. Durante todo ese tiempo ¿Qué narices han hecho con los cogollos? ¿Eso sí que lo verían bien no?

Puede que no se lo fumaran, pero no sería extraño que lo aprovecharan para la cocina. Ya hay gente que planta para uso personal orégano para las pizzas, hierbabuena o menta para mojitos o perejil para los guisos. Estoy visualizando a la venerable anciana sacando del horno una bandejita de galletitas aromatizadas con su toque especial. Creo que el nombre de las conocidas galletas María adquiere un nuevo significado. Con la de años que me he tirado cantando aquello de “qué buenas son las galletas maría fontanedaaaa” y me encuentro que han pervertido todos mis recuerdos.

Al igual las han preparado en ensaladas sustituyendo a la lechuga, o hervida en lugar de acelgas. No se piensen ustedes que voy dando ideas para que los abuelos de aquí compren su arbusto y lo utilicen como alternativa culinaria, pero si hemos de tener en cuenta los efectos del ingrediente activo tetrahidrocannabinol (THC) en el organismo y que nuestros mayores están sufriendo en sus carnes los recortes de las pensiones, la eliminación de medicamentos en sus recetas, el copago farmacéutico y que se le han reinstalados los hijos en casa otra vez porque no pueden pagar la hipoteca… casi que les vendría bien fumarse algún porro para evadirse y sobrellevar lo que les viene encima.

 

Autor: Miguel Soria

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