Instrucciones para entrar en el cielo

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Creo que lo más conveniente antes de explicar cómo entrar en el cielo es aclarar o definir dicha palabra. Esta tiene muchas significados, y claro, todo depende en el contexto en la que la ubique. Para esta exposición, nos vamos a centrar en el “cielo religioso”, pero sin entrar en los diferentes tipos de Religión. Cielo es ese lugar infinito donde está el Ser Supremo, que muchos llamamos Dios, pero que en cada religión posee un nombre diferente.

Una vez hechas las aclaraciones pertinentes, comenzaremos por el primer punto y muy esencial. Por si alguien no lo tiene claro, lo primero que hay que hacer es morirse. Ya sé que decirlo así a bocajarro, suena mal y frío, pero es fundamental si no no podrás seguir las instrucciones.
Importante, hay que leer esto antes de morirse, ya que una vez muerto, no podrás hacerlo.

 

No es determinante la forma de morirse para entrar en el cielo. Así que, si se puede elegir, lo mejor es la forma indolora. Lo que sí es determinante para acceder a ese lugar divino es “haber sido bueno”, porque si no has sido bueno en la vida no esperes que te acojan allí arriba; seguro que te dan con las puertas en las narices. Este punto hay que tenerlo claro cuando eres adulto; es bueno plantearse dónde quieres pasar la eternidad, considero que es una decisión importante. La otra opción es el infierno y por lo que cuentan no debe de ser un sitio muy acogedor. Dicen las buenas lenguas que hace mucho calor y que se tienen pocas comodidades; sin embargo en el cielo, como se suele decir vulgarmente y valga la redundancia, “se está en el cielo”… ¡pues si lo dicen, por algo debe de ser! Yo desde luego me voy a portar bien, seré buena el resto de mis días, porque yo quiero ir al cielo, no tengo dudas.

En este punto, donde ya tenemos claro los primeros pasos a seguir, continúo con la explicación. Una vez muerto, tu espíritu tiene que estar atento y no distraerse, ya sabemos que es complicado, pues todo es nuevo; pero es importante ver el túnel de luz, ese es el camino hacía las puertas del cielo. Una vez en el túnel, ya no hay prisa, lo malo de ese sitio es que allí no te dan ni canapés de bienvenida, ni nada por el estilo…
¡Está muy mal!, ¡qué descortesía!
En este sitio es fácil que te encuentres a seres queridos que, por supuesto, ya están muertos. Ellos te acompañarán hasta las puertas del cielo.

En la puerta principal del cielo está un señor con barbas grises, al que se le conoce por San Pedro, que es el que te da la bienvenida… ¡pero no te relajes! Ahora viene la parte más difícil, ¡suerte que estoy aquí para poderte explicar este paso!, ya que si no lo haces bien, todo habrá sido en vano: tu buen hacer en vida, tu bondad y todo lo bueno que hayas hecho, no habrá servido para nada. Este buen señor, San Pedro, tendrá toda tu vida escrita y allí viene una de las partes más importantes, que como no tengas memoria, ¡la has fastidiado!. Así que ya sabes, procura acordarte de todo, todito lo que haces, porque si no este tío te pondrá en un aprieto.
Yo recomiendo hacer Sudokus, que son muy buenos para tener buena memoria, así cuando estés frente a San Pedro, no dudarás de nada.

Ya estoy acabando esta singular explicación, pero no por eso menos importante que otras. Si recuerdas haber hecho todo lo que se te pregunta, entonces te abrirán las puertas del cielo. Solo nos queda un último paso, la elección de la puerta que te llevará al paraíso al que perteneces. Sí, has oído bien; cada persona según sus creencias tiene una religión y por consiguiente un paraíso, incluso los ateos, porque no está reñido las buenas acciones con el cielo. Este es un punto muy particular, que trataremos en otra explicación. Bueno, solo me queda decirte que reconocerás tu puerta por los símbolos de tus creencias. Con esta exposición me despido deseándote un buen paso hacia la Eternidad.

 

Autora: Luisa Fernanda Barón Cuello

 

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