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El MNCARS (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) ha tenido que ampliar sus horarios de visitas ante la masiva afluencia de visitantes de la exposición “Dalí: Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas”. Hasta el 31 de Agosto, el centro de arte abrirá hasta las 23:00 horas así como una maratón de Dalí audiovisual hasta la 1:00 de la mañana los días 30 y 31. Ahora la pregunta es ¿merece esta atención la exposición? La respuesta, al final.
Dalí no necesita presentación, ya que tras casi un cuarto de siglo desde su fallecimiento, su excéntrico bigote aun sigue presente. Pero hagamos un breve repaso a su vida:
Salvador Felipe Jacinto Dalí y Domenech nació en Cadaqués el 11 de Mayo de 1904. Se educó bajo una férrea educación de moral católica, algo que le marcaría de por vida. En los 20 iría a Madrid a estudiar en la residencia de estudiantes y ahí fue donde conoció a gente como Alberti y Jorge Guillén, pero serían sobre todo Luis Buñuel y Federico García Lorca quienes le harían pasar de ser el personaje que todos conocemos, aunque su extrema inseguridad seguía presente e influiría en su posterior obra.
Pasemos a la exposición. Esta está dividida en 11 bloques, perfectamente definidos y muy bien estructurados, pero resumiendo yo lo dividiré en 3 partes diferenciadas correspondientes a las etapas de madurez del catalán.
La primera llega hasta los 1930. Tenemos aquí al Dalí surrealista absoluto. Estaba totalmente influenciado por Buñuel y su necesidad de epatar, que entroncaba con esa idea de salir de la realidad y tener una mirada crítica, una especie de fauvismo pero cinematográfico. Se introdujo entonces en el torbellino artístico francés donde rápidamente sería uno más. Viviría esta época bebiendo de las influencias de todas estas corrientes artísticas.
Es el Dalí de esta primera época interesante, pero no es aún el artista que conocemos actualmente. Su ejecución es correcta y la ideal surreal lo empapa todo, pero si juzgamos a Dalí por esta etapa no llegaríamos a conocerle. Sin embargo aquí tenemos el germen de lo que sería el genio.
Su etapa de cambio viene dada por su relación con Gala Eluard, quien vio todo el potencial del antiguo compañero de andanzas de Lorca y dejó a Paul, su esposo, por el español. Esto le valió la enemistad de muchos de los ortodoxos del arte. Se puede decir que en esta etapa se “vendió”, sobre todo por la el constante marcaje de su esposa. Sin embargo esta etapa es la que da la gran mayoría de sus obras más recordadas, como son “La persistencia de la memoria”, justo del año 31, poco después de su boda. Ahora era mayor de edad artísticamente hablando y su mayor influencia es él mismo. Es gracias a la controladora Gala cuando el de Cadaqués se siente cómodo con esa personalidad pública alocada. Se puede decir que Lady Gaga hoy día es una hija bastarda de Dalí, con la excentricidad por bandera.
En esta época se vende completamente a su público, tanto que llega a realizar inocuos actos de surrealismo para el cine. Curiosamente, el más brillante de todos se terminó en 2003, el magnífico proyecto con Walt Disney “Destino”. Sin embargo también hay críticas a lo que sería el desastre de la 2ª guerra mundial pero, claro, este tema incómodo, no era tan popular como su método paranoico-crítico donde daba rienda suelta a una perfección de ejecución realmente brillante combinado con mundos oníricos mezclados con su constante fascinación por la sexualidad (sobre todo la fálica, quien le “descubrió” el poeta granadino).
Es hasta 1960 cuando más allá de sus públicas muestras de “locura” pública va creando sus más importantes obras. Al llegar a este punto su energía se va agotando y cada vez se va volviendo más repetitivo y monótono.
Este es un somero repaso a la vida del pintor que cualquiera podría ver por internet, pero lo bueno es que si vas a esta exposición del MNCARS podrás verlo paso por paso. Tenemos tanto pintura como escultura, cine, fotografías… es la más completa exposición fuera de los museos dedicados a Dalí que se puede ver… hasta dentro de un par de días.
Es cierto que hay alguna obra hecha única y exclusivamente para engrosar la cuenta del artista, que las tuvo y muchas, pero en esta ocasión creo que la selección recorta casi todo.
Podremos disfrutar del teléfono-langosta, Un perro Andaluz, Recuerda, Destino, el retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista, sus imágenes religiosas y sus obras en las que se muestra su obsesión por lo nuclear, Huevos fritos al plato sin plato, construcción blanda con judías hervidas (premonición de la Guerra Civil), la metamorfosis de Narciso, la tentación de San Antonio…
No continúo. Cualquier comentario sería superfluo.
Ante la pregunta del principio, ¿merece la pena?, la respuesta es sí. Como antes dije, es la exposición más completa fuera de un museo dedicado al artista, que se puede ver. Deja de leer y ve a verla ya que casi no te queda tiempo.
Redacción: Juan Pablo Pérez-Padial
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