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Cuando nos miramos en el espejo, ¿qué vemos? Una silueta más o menos grácil, un cabello de uno u otro color, unos ojos llamativos o discretos… Quizá si vamos un poco más lejos podamos leer en la mirada un estado de ánimo o un rasgo que delate nuestra personalidad. Pero, ¿por qué no ir aún más allá? Ver el cuerpo como un todo y por piezas, contemplando desde otras perspectivas diferentes al reflejo de ese espejo y de nuestra propia visión.
Alejandro Benavente nos ofrece ser los arquitectos de nuestro cuerpo, descubrir que formamos parte de un paisaje, que somos ese paisaje. Nos integramos en la naturaleza, haciéndonos participes de su transformación a la vez que responsables de ella.
Este fotógrafo nos ofrece una colección de imágenes en blanco y negro, para como él mismo nos indica, evitar distracciones. Hay que pararse ante la fotografía, sin permitir que el desnudo nos cohíba, y observar cada pequeño detalle, como la tensión de los músculos o cómo se marcan las vértebras de la espalda al doblarnos o la reacción de la piel ante el frio. Sorprende hallar cuerpos socialmente imperfectos, pero perfectos para la naturaleza. No hay colores, ni decoración, sólo cuerpos, como podrían ser el tuyo o el mío, acariciados por luces y sombras, en un espacio abierto para la imaginación.
Alejandro Benavente esculpe en piel la necesidad humana de romper con el estrés del hombre actual deteniéndonos a escuchar el silencio, a sentir nuestros latidos y los de la tierra. Une cuerpos creando una única escultura que nos recuerda que todos somos fragmentos de un mismo conjunto.
Os animamos a que acudáis a la exposición Cuerpo: Arquitectura y paisaje, y respiréis un poco de la paz que transmiten estas fotografías y busquéis su significado en vosotros mismos.
Exposición 24 octubre – 8 noviembre. L a V 11-22h
La Galería de Escuela TAI
c/Recoletos 22 (esquina calle Serrano)
Crónica: Paqui Guzmán
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