Rueda de prensa de «Caníbal» con Antonio de la Torre, Manuel Cuenca y Olimpia Melinte

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El pasado 11 de octubre se estrenó la película “Caníbal” de Manuel Martín Cuenca («La flaqueza del bolchevique», «La mitad de Oscar») protagonizada por Antonio de la Torre («Primos», «Gordos»). La película fue presentada en San Sebastián y está recibiendo una cálida acogida. De hecho Martín Cuenca comienza la rueda de prensa agradeciendo a quienes han apoyado a la película y el recibimiento que está recibiendo. De hecho se habla de ella como favorita en los próximos Goya, pero ni Manuel ni Antonio quieren siquiera hablar de ello.

Estas son las preguntas que se realizaron por los medios acreditados, las que están en negrita fueron hechas por nuestro crítico Juan Pablo Pérez Padial.

3 (800x450)Pregunta: Antonio, ¿Alguien así puede encontrar el amor?

Antonio de la Torre: Lo que le ocurre a Carlos es que con Nina no puede sentir ese amor.  Yo me enfrento al personaje desde otra perspectiva, lo hago estudiando al personaje, no afrontándolo como un villano, porque si no, no podría hacerlo.  Nina le pone un espejo donde se ve como una victima y eso me parece fascinante. El amor es la gran redención.  El tema de la película es el amor, en una época de déficit sentimental hay muy pocas personas preparadas para amar realmente y eso era lo que queríamos contar, cómo alguien capaz de algo tan atroz y contranatura como es matar y alimentarte de alguien de tu misma especie es capaz de enamorarse y que esto te haga salir de esta oscuridad. La película reflexiona sobre eso y yo como actor quería contarlo.

P: ¿Como te enfrentas a ese personaje de Psicópata?

AdlT: No me asesoré con un psiquiatra, ni nada. Lo hablamos Manolo y yo, aunque muy al principio se propuso, porque si le hubiera puesto esos calificativos de Psicópata o asesino,  no habría podido hacerlo. Para la construcción para mí lo que sí era importante es ser sastre, para contar la minuciosidad de este personaje y cómo se oculta y se convierte en un de los nuestros a través de la sastrería. Una vez llegado a esto tenemos que desarrollar la parte del depredador y eso lo trabajamos desde el deseo. A mí como actor me interesan las más personas que los personajes. Como personas cuando nos pasa algo y no queremos que se nos note. Tener la emoción dentro y estar muy vivo y a ello me ayudó Olimpia que es muy generosa y te da y aporta ayuda para lo que yo he tratado de hacer y a Manolo tomando las bridas para contar la historia.

P (Pandora Magazine): ¿Por qué sientes la necesidad de contar esta historia, Manuel?

Manuel Cuenca: Surgió durante el rodaje de “La mitad de Oscar” por parte de Alejandro (Hernández), quien conocía la novela de Humberto Arenal en la que se basa la película, aunque el 90 por ciento inventado. Lo que nos interesaba era construir una historia de amor como motor fundamental, como motor más sano de la humanidad. Yo entiendo el Amor encuentro con el otro. Es la posibilidad de meterse en la piel del otro, pero no solo de pareja, sino fraternal, familiar, porque, cuando amas, quieres el bien del otro. Y por otro lado te encuentras a una persona que representa al mal, un Depredador que representa la barbarie, sin ninguna empatía con el otro y que no tiene ningún sentimiento de culpa. Si Alemania no hubiera perdido la segunda guerra mundial, no habría habido sentimiento de culpa con los 6 millones de judíos  Este hombre no se siente psicópata. Trabaja día a día. Cuando encuentra el otro sentimiento, lo vive desde el asombro. Nadie vive la vida como un melodrama, lo vive en el presente. Ese es el sentido que yo tengo. Y ese reto de contar ese trhiller que se convierte en una historia de amor, nos apetecía en este momento. Las películas son hijas de su tiempo, quizá hace diez años no se nos hubiera ocurrido, pero en una época de confusión moral tremenda, el cine negro llama a las puertas de nuestra sociedad en tiempos convulsos.

P: Tras toda esta historia hay un final abierto. ¿Qué hay tras la ultima escena?.

AdlT: Cada uno que piense lo que quiera. Yo creo que se redime, pero es lo que piensa Antonio de la Torre como espectador, porque creo que el amor puede cambiar el mundo.

MC: Yo voy a decir que para mí, sigue matando… por llevar la contraria a Antonio, nada más.

P: Se ha alabado tu interpretación, Antonio. ¿Crees que hay un antes y un después de este Carlos? ¿Otro Goya quiza?

AdlT: Esto es algo que no me planteo. Me lo tomo como un piropo, pero no. Es un error pensar que tal o cual papel te puede a llevar algo. Hay que estar en el presente. Es absurdo planificar la carrera, incluso planificar la vida. Hay que vivir el personaje y alejarse de pensamientos. Las criticas te afectan, claro, tanto a Manolo como a mí, tenemos esa vanidad como creadores, pero intentas abstraerte.

MC: Eso son sólo rumores y los rumores no son nada, son muy peligrosos. También se hablaba en San Sebastian y al final nada.

AdlT: Lo importante es la intensidad con que lo cuentas. Conocer a otro en mí, que para eso se es actor,  y hacer ese esfuerzo para conseguir algo, que es lo bonito, porque las cosas que realmente cuentan son las que consigues con esfuerzo. No sé lo que va a pasar de verdad.

2 (800x533)P: Antonio, se ven procesiones y se toca el tema de la devoción. Tu, como malagueño, ¿eres ‘procesionero’?

AdlT: No. Lo fui de joven, pero por otros motivos más allá de la devoción, que era aparentar ante las chicas. De todas formas no soy muy religioso, aunque esté bautizado, no creo que haya otra vida después.

P: ¿Qué reflexión sobre el mal hacéis?

MC: Es un thriller lo que manejamos, el canibalismo como tabú y esa historia debe hablar por sí sola y el espectador debe sacar sus conclusiones, para que al final sólo quede la narración y los personajes. Lo que queda al final es opción del espectador, no del director ni los que han participado.

AdlT: Decía Umberto Eco que hay tantos libros como lectores y hay tantos filmes como espectadores.

P: Olimpia, ¿Qué ha supuesto para tí enfrentarte a este doble papel?

Olimpia Melinte: Sentía que tenía que hacerlo en cuanto lo leí. En la vida corta de actor, dos personajes hermanas gemelas era un sueño para mí.  Las dos están dentro de mí. Alexandra me daba un poco de miedo hacerla una femme fatal, un cliché y Nina es parte de mí también. Pero Antonio y Manuel me ayudaron. Me encantó trabajar con ellos.

P: En esta época en el que todo se tergiversa y puede mal entenderse, ¿Cómo conseguisteis el permiso para rodar en la iglesia de San Pedro en Granada?.

MC: Trabajando. Los cineastas son como los agricultores, llegamos, abonamos, movemos la tierra, plantamos la semilla, vemos crecer con paciencia y sabemos que podemos perder la cosecha. Hablamos con unos y otros  con todos siendo honestos y contando la verdad. Trabajando a pico y pala. Hay muchos que te cierran las puertas y,  afortunadamente, siempre hay una puerta que se abre.

P (Pandora Magazine): ¿Por qué en granada?

MC: Queríamos representarla en una ciudad europea con tradición, que representara nuestra cultura, huir de representar el paternalismo de presentar el mal en otro pais u otro mundo, como si fuera algo ajeno a nosotros, por eso en la actualidad. Granada rezuma todo eso. Además es bellísima, con la sierra  al lado, con la nieve…  No se ha rodado casi nada en la granada real, siempre la histórica. Yo soy almeriense y he vivido en Granada asi que la ciudad la conozco como la palma de mi mano y buscaba una ciudad con alma y sabía que todo aquello que estaba en el guión lo iba a encontrar allí.

P: ¿Os ha costado especialmente alguna escena por el tema del frio, como por ejemplo la de la playa?

MC: Precisamente la de la playa no, puesto que Torrenueva y Motril, que es donde lo rodamos tienen un microclima tropical que hace que tengan buen tiempo todo el año, pero en la sierra si, sobre todo Olimpia.

OM: En sierra nevada 10 kilos más de ropa, casi no pude andar. Fue muy dificil, porque no solamente tenía que luchar con el idioma y hacer el personaje, sino que además tenía que combatir con el frio, aunque fue duro para todo el equipo, no sólo para mí.

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P: Es vuestra cuarta colaboración. Haznos una comparativa entre otros directores con los que has trabajado, como Sanchez Arévalo, Alex de la Iglesia o Almodóvar y Manuel.

AdlT: Hay muchos tipos de directores. Directores con mas visión de la realización y buscan más ritmo, otros que miran por el actor y buscan propuesta…  A mí los que más me gustan son los directores de actores en el sentido de que están ahí siempre ayudándote en tu trabajo. Yo intento vivir cada personaje y trabajar desde ahí y Manolo está ahi diciéndote como estás, de dónde vienes, lo que tienes que conseguir…  En la creación y busqueda artística tienes que arriesgar. No sé de quién esta frase, pero yo me la apropio “quien tiene miedo al error, no puede llevar una vida artística”.  Manolo, en la TV-Movie que hicimos, cuando yo le dije “¿qué tal he estado, Manolo?” él me dijo “Aquí estamos buscando, Manolo, aquí estamos buscando” y eso me pareció maravilloso. Él te ayuda en esa busqueda y arriesga asumiendo la valentía de ese error. Estoy muy orgulloso de trabajar con él.

P: Este es un trhiller, con todos los elementos del trhiller, pero muy en tu terreno, muy de autor.  ¿Cómo la definirías?

MC: ¡Menos mal que es muy mía! Uno hace el cine que le sale, no el que quisiera hacer, porque a mí me encantaría hacer “Centauros del desierto”. En ese sentido, es muy mía porque tiene todos esos elementos de cine negro,  pero lo llevas a tu terreno. No es un trhriller de “tachan, tachan, viene el asesino”. Los géneros están para visitarlos, revisitarlos y para cambiarlos. No son nada y Son algo sólido. Aquí hay un suspense, una tensión y en la película se juega con eso, así que si, es un thriller.

P: La escena de la confesión es complicada y sería fácil caer en el absurdo. ¿como fue rodarla? Porque si no hubiera controlado el tono hubiera podido resultar ridícula.

OM: Hay que vivirlo. ¿qué pasa en tu cabeza si alguien a quien amas, en quien confías totalmente te confiesa esa barbaridad? Sientes que la vida se termina ahí. Tienes que sentirlo desde dentro. No se ensayó mucho, sólo 3 veces, pero todo desde dentro, desde el alma

MC: Hay que vivir la situación y olvidar el melodrama. Yo les decía “no tienes derecho a ponerte melodramático”

AdlT: ¡Es verdad! Me acabo de acordar. Se pasaba todo el rato diciendo eso.

MC: Lo de “Ay, pobrecito de mí” hay que desmontarlo. Había que vivir la situación y probarlo y probarlo. Yo aquel día empecé a probar y probar, pero aquello no valía para nada. Lo descarté y empezamos a quitar cosas, quitar lineas y salió. Y con fe. Y en 2 o 3 planos lo tuvimos. Yo sabía que de allí no nos sacaba de allí ni el ejército hasta que lo tuviéramos.

AdlT: ¡Y nosotros también lo sabíamos! (risas) Lloramos lo más grande, nos quedamos secos antes y después y finalmente nos despojamos de aquello y lo hicimos.

MC: No es algo intuitivo. Hay que intelectualizarlo. Hay que hacerlo y ya.

P: Antonio, Acabas de rodar una película en inglés. ¿Crees que puedes tener una carrera internacional?

AdlT: Yo tengo un agente en Londres, y tenemos reuniones sin cerrarme puertas, pero no me voy a Los Angeles, yo vivo en Sevilla o vengo a Madrid a rodar y punto. Tampoco me puedo parar a pensar en qué va a pasar, si me van a llamar. Si esperas que un papel llame a otro, estás perdido. Eso hace mucho daño. Esperando la llamada hace mucho daño y es duro de llevar, pero has de olvidarte y buscarte las habichuelas.

Redacción y Fotografías: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.