“Lluvia negra”, de Masuji Ibuse. Un diario de la bomba atómica

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Título: Lluvia negra

Autor: Masuji Ibuse

Editorial: Libros del Asteroide

Traducción: Pedro Tena

ISBN: 978-84-935448-3-6

Páginas: 408

PVP: 21’95€

Puedes encontrarlo aquí

 

Sinopsis: Basada en documentos históricos sobre la devastación causada por la bomba atómica y en entrevistas y diarios de víctimas de la masacre, Lluvia negra es la novela japonesa que mejor se ha enfrentado a las consecuencias de la explosión atómica en Hiroshima.

El libro se centra en la historia de una joven, Yasuko, que se vio sorprendida por la «lluvia negra» radioactiva que cayó en los alrededores de Hiroshima. Las posibles consecuencias de su contacto con la radiación han dado lugar a un sinfín de habladurías entre los pretendientes de la joven: ¿estará enferma?, ¿podrá tener hijos? Su familia rememora aquellos días aciagos tratando de conjurar el peligro que la acecha.

Masuji Ibuse retrata con sensibilidad y con un esperanzado humor la compleja red de emociones que se establece entre unos supervivientes que siguen soportando las enfermedades y el dolor provocados por la explosión y que ignoran hasta qué punto su salud puede estar afectada. Lluvia negra es una de las mejores aproximaciones a la magnitud del sufrimiento humano causado por este hecho histórico y un clásico de la literatura japonesa del pasado siglo.

 

–¿Cree que es gas venenoso? –le pregunté.

–No, no es gas venenoso –contestó, introduciendo víveres y cuadernos en una mochila mientras hablaba–. Dicen que es el humo negro generado por la explosión. Se mezcló con vapor de agua en el cielo, y cayó en forma de lluvia. Esa lluvia negra cayó sobre todo en los distritos del oeste de la ciudad. Me acabo de encontrar hace un rato con una persona del departamento de salud del ayuntamiento, y ha sido él quien me lo ha contado. Dicen que no es peligroso para los seres humanos.

 

Un fatídico 6 de agosto de 1945 cayó en la ciudad de Hiroshima la primera bomba atómica, la llamada Little Boy. Las consecuencias que trajo su detonación en la población civil fueron devastadoras: la onda expansiva que alcanzó en un momento 274 metros, el fuego abrasador –que se calcula que en un instante la temperatura llegó a más de un millón de grados– y más tarde la lluvia negra que caería en la ciudad causaron la muerte de entre 70 000 y 80 000 muertos y unos 70 000 heridos. Todo esto sucedió en un instante. Nadie advirtió de un ataque atómico en la ciudad. Sin embargo la tragedia no se quedó ahí porque en los días siguientes, e incluso meses y años posteriores, cientos de personas fallecieron a causa de las heridas sufridas ese día y a la exposición a la radiación. A estas personas, a los supervivientes de los bombardeos nucleares, se les llamó hibakusha.

Este verano se han cumplido setenta años de los bombardeos atómicos. Y para homenajear y recordar a sus víctimas, en Pandora Magazine escribimos un artículo donde recomendábamos una serie de lecturas sobre las bombas en el Especial Verano 2015 que ya publicamos en el mes de junio. Hoy desempolvamos una de esas recomendaciones: Lluvia negra de Masuji Ibuse –editada por Libros del Asteroide en 2007– y que nuevamente queremos volver a recordar y recomendar.

Lluvia negra nos cuenta la historia de Yasuko, una joven que tuvo contacto con la lluvia negra que contaminó la ciudad justo después de originarse la explosión y por la que muchas personas sufrieron graves heridas e incluso la muerte. Cuatro años después, cuando Yasuko recibe una propuesta de matrimonio, las habladurías que surgen alrededor de la joven sobre su salud a causa de haber estado expuesta a la radiación de la bomba la perseguirán. Y eso a pesar de haber estado a más de diez kilómetros del epicentro de la explosión. Por este motivo, y en un intento de evitar que la memoria de lo sucedido caiga en el olvido, Shigematsu, el tío de Yasuko, decide escribir un diario de la bomba atómica donde plasma con todo detalle todos y cada uno de los sucesos acaecidos en ese trágico verano. Su mujer Shigeko también contribuye a ese diario de la bomba con su testimonio. Gracias a las descripciones de los días anteriores y posteriores a la bomba nos hacemos una idea de lo que fue vivir en esos tiempos de guerra y de posguerra: la escasez y el racionamiento de los alimentos en la población, así como la triste y mala dieta que hacían, las alarmas que avisaban de los ataques aéreos, cómo se organizaban los vecinos en caso de un posible incendio por los bombardeos, los abusos de algunos militares, el uso de las fábricas destinadas al material bélico y a la confección de uniformes, etc.

Pero después del ataque nuclear, la ciudad quedó arrasada. Los cadáveres y el olor a quemado y a muerte se acumulaban por doquier. Los supervivientes desfilaban arrastrándose como podían entre las ruinas gravemente heridos, buscando a sus familiares y amigos. Todas estas imágenes también se describen sin piedad pero sin perder un toque de humanidad en la novela.

El libro, aunque sea ficción, en realidad recoge una gran cantidad de valiosos testimonios del día de la detonación de la bomba. Masuji Ibuse, quien era originario de Kamo, un pueblo situado al este de la Prefectura de Hiroshima, decidió hacer un homenaje a las víctimas escribiendo esta inolvidable novela. Para ello se basó en documentos históricos, entrevistas, diarios y cartas personales de los propios supervivientes. Y precisamente fue gracias al conjunto de estas “voces” que su obra tiene ese punto de realismo que lo hace tan sobrecogedor. En ella también se retrata la discriminación a la que fueron sometidos los hibakusha, que no solamente tuvieron afrontar a las enfermedades que surgieron a causa de la exposición a la radiación, sino que también tuvieron que soportar el rechazo por parte de la misma sociedad japonesa.

La novela se publicó por primera vez en 1965 de forma seriada en una revista, y un año más tarde se recopiló y se publicó en forma de libro. Gracias al éxito que cosechó esta obra, Ibuse fue condecorado con el Premio Noma y con la Orden al Mérito Cultural, el más alto reconocimiento que puede recibir un escritor en Japón. Y no fue hasta 1989 que el director de cine japonés Shōhei Imamura llevó a la gran pantalla la obra de Ibuse, con la que recibió el Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes.

Lluvia negra se aproxima como ninguna otra novela a la magnitud del suceso, al sufrimiento, el caos, el horror y la devastación que sufrieron miles de personas ese fatídico 6 de agosto de 1945. Una magnífica muestra sobre las causas provocadas posteriormente por el desastre nuclear y a ese rechazo de la sociedad que surgió con los hibakusha, los supervivientes a los bombardeos. Una novela cruda pero a la vez muy humana que incluso en las últimas páginas del libro los personajes se aferran desesperadamente a la esperanza. Es más, se niegan a perderla. Porque la esperanza es lo único que les queda después del sufrimiento padecido.

 

Sobre el autor

Masuji Ibuse (1898-1993) se crió en el pueblo de Kamo, en el este de la Prefectura de Hiroshima (Japón). En 1917 se fue a estudiar a la Universidad de Waseda, en Tokio, donde cursaría estudios de Francés y, poco después, de Bellas Artes. Su primera historia fue publicada en 1923, cuando todavía era un estudiante. Pero no fue hasta finales de los años treinta que empezó a ser reconocido por la crítica. Cuando Japón entró en la segunda guerra mundial, Ibuse sirvió en las unidades de propaganda y vivió el fin de la guerra y la devastación de Hiroshima en su pueblo natal. En la posguerra su fama literaria fue aumentando hasta convertirse en uno de los más célebres escritores de Japón.

Kuroi ame (Lluvia negra) empezó a publicarse de forma seriada en una revista mensual en 1965, cuando Ibuse estaba en lo más alto de su carrera. Ese mismo año fue condecorado con la Orden al Mérito Cultural, el más alto reconocimiento que puede recibir un escritor en Japón, y galardonado con el Premio Noma. La novela se publicó como libro un año más tarde alcanzando un éxito imediato; en 1989 Shohei Imamura dirigiría su adaptación cinematográfica.

Durante su dilatada carrera literaria, que se prolongaría hasta comienzos de los años ochenta, Ibuse publicó más de cuarenta libros de muy distintos géneros y estilos, pero fue Lluvia negra la novela que le daría fama mundial.

 

 

Redacción: Mariona Rivas Vives

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