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Titulo: Byzantium
Director: Neil Jordan
Guión: Moira Buffini
Reparto: Saoirse Ronan, Gemma Arterton, Sam Riley, Jonny Lee Miller, Caleb Landry Jones, Tom Hollander, Daniel Mays, Thure Lindhardt, Warren Brown, Glenn Doherty, Gabriela Marcinkova
Duración: 118 minutos
Año: 2012
País: Reino Unido
Música: Javier Navarrete
Fotografía: Sean Bobbitt
Género: Terror, Thriller, Fantástico
Productora: WestEnd Films / Demarest Films / Lipsync Productions / Number 9 Films
Distribuidora: A Contracorriente Films
Crítica 1
La soledad del adolescente extrapolada al mito del vampirismo es moneda común desde el año 2005, en que Stephanie Meyer escribió “Crepúsculo” y más aún que desde en 2008 se estrenara la primera película basada en el best seller. Pero si hablamos de vampiros, alejándonos de Drácula, una de las películas que más ha marcado el mito vampírico es “Entrevista con el vampiro” (1994). El director de esta, Neil Jordan, vuelve a los vampiros, pero dando su propia visión de la adolescencia vampírica.
Eleanor (Saroise Ronan) y Clara (Gemma Arterton), son dos jóvenes vampiresas y sin dinero, que abandonan la casa en la que viven tras un asesinato. Tras esto van a parar a un pueblo costero donde Clara, decide prostituirse. De esta manera conoce a Noel (Daniel Mays) quien les da alojamiento en el destartalado hotel Byzantium. Pero el pasado de Clara en forma de dos hombres, Darvel (Sam Riley) y Ruthven (Jonny Lee Miller) y por otro lado Frank (Caleb Landry Jones) un joven que conoce Eleanor, complican el plan de Clara.
Yo, sinceramente creo que “Byzantium” tuvo que surgir un día que Neil Jordan puso la tele y apareció “Crepúsculo” y el director de “El juego de lágrimas” dijo “¿Qué coño es esto?”. Yo sé que habrá muchos fans de la saga, pero estos no tienen nada que ver con los vampiros tradicionales. La escritora Moira Buffini definiría así esta conversión del mito: “En un siglo los vampiros han cambiado desde el deforme Nosferatu, grotesco, no muerto con dientes puntiagudos y roña bajo sus uñas hacia vegetarianos eternamente jóvenes no muertos de “Las crónicas vampíricas” y “Crepúsculo”. Ellos son monstruos que han cambiado conforme a los tiempos, mutando para convertirse en lo que queremos que sean”. ¿Por qué comento a esta escritora y novelista? Pues porque ella fue quien escribió la obra de teatro “A vampire Story” en la que se inspira la película. Y he aquí la primera sorpresa que me encuentro al ver “Byzantium”, porque para nada diría nadie que está basada en una obra de teatro.
En el guión se ha contado la historia de “Crepúsculo” pero a la inversa, ya que ahora la vampiresa es ella, pero vamos, tenemos la historia de amor entre adolescentes humano y vampiro. Por otro lado Jordan, imagino que satisfecho con “Entrevista con el vampiro”, quiere imponer su visión vampírica y reincide en muchos de los detalles de la adaptación de la obra de Anne Rice. Así tenemos un Lestat femenino que es Clara, a la vez maternal, seductora y letal y por otro lado tenemos a Eleanor que es un cruce entre Louis y Claudia una joven torturada por su vampirismo, que sólo mata cuando no tiene más remedio y a su vez se siente atrapada en un cuerpo eternamente adolescente.
De hecho también toma de la película del 94 su gran carga sexual, ahora eminentemente femenina, las prostitutas y esa uña fálica sustitutiva de los colmillos –metálica en la adaptación del 94, real en “Byzantium”— que es un arma mortal. Evidentemente estos elementos son una clara referencia a las enfermedades de transmisión sexual y así es como lo afrontan tanto director como guionista. Quién le iba a decir a Edward Cullen/Robert Pattinson que tenía una especie de gonorrea vampírica…
Aunque esto estaba en la obra teatral original, también toma de la película protagonizada por Tom Cruise el narrar el origen desde el presente y comentar lo ocurrido 200 años antes, además del hecho de que los vampiros son una hermandad secreta –cual masonería– capaz de cualquier cosa por cumplir sus reglas.
Hay detalles interesantes como son el hecho que la espada que va a matar venga de Bizancio, como el hotel donde viven. Principio y fin. Todo tiene un principio y aquí vemos no sólo el origen de la maternidad de Clara, sino también de su vampirismo y el de Eleanor, todo narrado en el gótico relato que la joven escribe a modo de diario una y otra vez, pero ella ahora, harta de tanta tragedia, decide escribirlo por última vez y cambiarlo todo. Hay un ciclo.
Aunque el guión es interesante y está bien estructurado, las referencias a “Entrevista con el vampiro” pesan demasiado y el guión de aquella escrito por el propio Jordan –aunque en los títulos de crédito aparezca Anne Rice– llegaba mucho más lejos que este, pero tampoco busca profundizar en demasía en ese mundo –no vaya a ser que los espectadores admiradores de la obra de Stephanie Meyer se pongan a pensar– y se queda más cerca de la historia del primer “Crepúsculo”. Eso sí, todo está descrito con los estándares de la novela romántica y gótica, haciéndonos partícipes de la mente de la protagonista.
Pasamos al responsable del film, Neil Jordan. Siempre ha sido un director sugerente, capaz de imágenes sumamente bellas y a la vez perturbadoras. En sus aproximaciones al terror “En compañía de Lobos” (1984), “Entrevista con el vampiro” (1994) y en menor medida en “In dreams” (1999) opta por alejarse del susto fácil en favor de la sugerencia del mal. Vuelve aquí a demostrar con caligrafía elegante y calmada que sigue siendo capaz de crear esa atmósfera malsana. Por decirlo de alguna manera, me recuerda al Cronenberg de los 80, si este hubiera sido británico, esto es, sin tantas vísceras. A diferencia de las otras propuestas comentadas, aquí le importa menos el guión que cómo lo cuenta.
Las cascadas de sangre, los cielos ennegrecidos por los pájaros, lo opresivo del hotel y muchos pasajes en los que los largos túneles nos remiten a un útero materno del que esperamos salir, son imágenes poderosísimas que llaman significativamente la atención. Jordan además no sólo consigue esas inquietantes imágenes, sino que rinde homenaje a la mítica “Hammer”. Los colores en general son verdes, marrones y colores oscuros en general, menos los rojos, tremendamente vivos, especialmente la sangre. Hay un momento en que esto queda de forma más que evidente, cuando nuestras protagonistas están viendo una añeja película de vampiros de la productora. Es interesante descubrir cómo cuando en la película van a clavar una estaca a un no-muerto pasamos a ver los taconazos de Clara. También destacables son los llamativos ojos azules de Eleanor, en conjunción con ciertos ropajes de Frank, que indican la claridad en sus intenciones y su inocencia, Estos detalles ya de por sí hacen que la película valga la pena.
Ahora, como digo Jordan se lo toma con calma y la primera parte de la película, aun a pesar de tener momentos sugestivos, no resulta tan interesante como desde el momento en que empiezan a verse los villanos. Desde ahí la película gana enteros a cada paso pero en general, está descompensada. Repite aquí además la primera imagen de Brad Pitt como Louis en la más que citada película del 94, al transportarnos atrás en el tiempo. Incluso la magistral música de Navarrete tiene un toque Elliot Goldenthal en ese momento. No sabría decir si es un guiño a sus seguidores o falta de ideas por parte del director, pero sí que puedo decir que aquí tiene menos fuerza.
En cuanto a los actores hay que comentar que en general han hecho un buen trabajo, aunque quien se luce completamente es Saroise Ronan, ya que la trama está escrita a su alrededor, casi como un vehículo para ella. Saroise, sin grandes aspavientos y sí con retoques en su mirada, consigue transmitir esa soledad perpetua en la que vive. Evidentemente el resto quedan en segundo plano tal y como está planteado todo, pero hay un buen trabajo actoral, en el que destaco a un desfasado Jonny Lee Miller haciendo de villano malvadísimo.
Recapitulamos. “Byzantium” me gusta, pero creo que el peso de “Entrevista con el vampiro” es excesivo en el film y la referencia “Crepúsculo” con romance más bien tonto –el juego de la perla, que en el fondo se encierra en el interior– no deja ver un argumento más profundo, que es la necesidad de compañía, aunque esta no sea la más apropiada y el hecho de que para cambiar de vida, hay que desearlo realmente, no sólo dejar atrás las cosas y volver a vivir lo mismo una y otra vez.
Buena ambientación, guión regular, dirección brillante por momentos, desapasionada en otros, buenas interpretaciones y música. Pongamos nota. Un 6,5. Me gustaría darle más, ya que admiro a Jordan, pero su trabajo no ha estado tan acertado como esperaba, pero sigue siendo un magnífico y lírico ejemplo de que el terror puede ser bello y brutal y no como últimamente nos tienen acostumbrados a que sea banal y vulgar. Eso sin contar el lo chonis que se han convertido los otrora elegantes vampiros.
En fin, que es una pena la limitada distribución cinematográfica que “Byzantium” va a tener en España, porque es interesante, pero sus cifras, 8 millones de Libras de presupuesto y sólo 85,252$ recaudados en su paso por EE.UU. no han ayudado a su distribución internacional.
Si puedes verlo en cines, aprovecha, porque vas a poder presumir de una rareza muy disfrutable.
Crítica 2
“Byzantium” no es como me había imaginado. Sí, bebe de historias como “Crepúsculo” y es como si estuvieras viendo una repetición femenina de “Entrevista con el vampiro”, pero aún así es más diferente que todo eso. Por un lado tenemos a vampiros que pueden ver el sol sin sufrir ninguna consecuencia, pero por otro lado tenemos cosas de Lestat y Louis, como lo de beber sangre de la muñeca. Sin olvidar que de alguna forma reinventa el cliché de cómo crear un inmortal.
Dos mujeres. Una es Claire (Gemma Arterton), se dedica al mundo de la noche para ganar dinero para vivir y proteger a su hermana pequeña. Eleanor (Saoirse Ronan) cuenta su historia diariamente en un block de notas, pero lo único que puede hacer es arrancar hoja a hoja su historia. Ambas intentan huir de algo que las persigue. Ambas guardan un oscuro secreto. No es solamente una historia vampírica sino una historia de la consecuencia de la inmortalidad.
No sé, he tenido sentimientos muy positivos viendo la película. Además que he tenido la misma sensación que viendo la de Anne Rice, un personaje dominante y otro que quiere escapar pero no sabe cómo. En serio es mucho mejor de como la han tratado. Gemma Arterton juega con su sensualidad para interpretar a un personaje atormentado pero consciente de lo que es y de lo que les persigue. Por otro lado Saoirse Ronan está maravillosa y esa mirada que procesa es espectacular, ella quiere contar su historia a toda cosa, quiere quitarse un peso de encima… pero no quiere traicionar a Claire.
Ambas actrices y sus personajes bien definidos dan la sensación de no pertenecer al tiempo actual en el que está rodada la película. La estética neo-gótica que recrean termina de meterte en la historia vampírica. Por otro lado el guión deja mucho que desear en cuanto a la historia y el desenlace, pero el relato que les precede y la construcción de las protagonistas es bastante positiva.
La fotografía de Sean Bobbitt es simplemente soberbia y magistral, los primeros planos de la actriz Saoirse Ronan son maravillosos, los tonos rojos de la sangre y azules de los ojos de Ronan predominan en el metraje, es como si nos hipnotizaran. Todo ello sin olvidar la música de Javier Navarrete que termina de meternos de lleno en el metraje. Para mi uno de los mejores aspectos de la película son estas dos cosas.
Como conclusión decir que para mí es buena, tanto que de un 7 o incluso 7,5 no bajaría. A pesar de que Neil Jordan pueda tomar ciertas cosas de anteriores trabajos o incluso de otras películas vampíricas y el guión de Moira Buffini podría haber aportado más historia, el lirismo y romanticismo vampírico está clavado en el metraje y todo aquel que beba de “Entrevista con el vampiro” seguramente no se sentirá tan defraudado como puedan creer.
Tenemos una 3ª crítica de Sitges 2013 aquí: Crítica «Byzantium» de Antonio Garrido
Crítica 1: Juan Pablo Pérez-Padial
Crítica 2: María José Díaz-Maroto García
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